martes, 31 de mayo de 2011

Fiesta de la Ascesión del Señor

LECTURAS DE LA MISA DEL DOMINGO DE LA ASCENSIÓN DEL  SEÑOR
Hch 1,1-11


1
El primer libro lo escribí, Teófilo, sobre todo lo que Jesús hizo y enseñó desde un principio
2
hasta el día en que, después de haber dado instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había elegido, fue llevado al cielo.
3
A estos mismos, después de su pasión, se les presentó dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca de lo referente al Reino de Dios.
4
Mientras estaba comiendo con ellos, les mandó que no se ausentasen de Jerusalén, sino que aguardasen la Promesa del Padre, «que oísteis de mí:
5
Que Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días».
6
Los que estaban reunidos le preguntaron: «Señor, ¿es en este momento cuando vas a restablecer el Reino de Israel?»
7
El les contestó: «A vosotros no os toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad,
8
sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.»
9
Y dicho esto, fue levantado en presencia de ellos, y una nube le ocultó a sus ojos.
10
Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco
11
que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo.»

Salmo 49: 2-3, 6-9


2 ¡Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de alegría! 3 Porque Yahveh, el Altísimo, es terrible, Rey grande sobre la tierra toda. 6 Sube Dios entre aclamaciones, Yahveh al clangor de la trompeta: 7 ¡salmodiad para nuestro Dios, salmodiad, salmodiad para nuestro Rey, salmodiad! 8 Que de toda la tierra él es el rey: ¡salmodiad a Dios con destreza! 9 Reina Dios sobre las naciones, Dios, sentado en su sagrado trono.
Efesios 1,17-23


17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente; 18 iluminando los ojos de vuestro corazón para que conozcáis cuál es la esperanza a que habéis sido llamados por él; cuál la riqueza de la gloria otorgada por él en herencia a los santos, 19 y cuál la soberana grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, conforme a la eficacia de su fuerza poderosa, 20 que desplegó en Cristo, resucitándole de entre los muertos y sentándole a su diestra en los cielos, 21 por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación y de todo cuanto tiene nombre no sólo en este mundo sino también en el venidero. 22 Bajo sus pies sometió todas la cosas y le constituyó Cabeza suprema de la Iglesia, 23 que es su Cuerpo, la Plenitud del que lo llena todo en todo.

Mateo 28,16-20


16 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. 17 Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron. 18 Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. 19 Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.»

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